27 de setembre 2012

Montevideo -Uruguai-

Avui les paraules tornen a ser de Mario Benedetti. També podrien ser de Quiroga o de molts altres grans escriptors del petit país però em rendeixo, altra vegada, als seus peus ja que és ell qui va condicionar la meva visió de la gris però bonica ciutat de Montevideo...
 
Palacio Salvo des de la plaça de la independència de Montevideo (té un edifici bessó a Buenos Aires, però està tant rodejat d'altres edificis tant grans i lletjos que ni tan sols es pot veure bé...) 
 
 
"He aprendido a querer ese monstruo folklórico que es el Palacio Salvo... Es tan, pero tan feo, que le pone a uno de buen humor... los diarios. Hay días en que los compro todos. Me gusta reconocer sus constantes... Qué diferentes y qué iguales. Entre ellos juegan una especie de truco, engañándose unos a otros, haciéndose señas, cambiando de parejas. Pero todos se sireven del mismo mazo, todos se alimentan de la misma mentira. Y nosotros leemos, y, a partir de esa lectura, creemos, votamos, discutimos, perdemos la memoria, nos olvidamos generosa, cretinamente, de que hoy dicen lo contrario de ayer, que hoy defienden ardorosamente a aquel de quien ayer dijeron pestes, y, lo peor de todo, que hoy ese mismo aquél acepta, orgullosa o ufano, esa defensa. Por eso prefiero la espantosa franqueza del Palacio Salvo, porque siempre fue horrible, nunca nos engañó, porque se instaló aquí, en el sitio más concurrido de la ciudad y desde hace treinta años nos obliga a que todos, naturales y extranjeros, levantemos los ojos en homenaje a su fealdad. Para mirar los diarios, hay que bajar los ojos."

 M. Benedetti, 1959 "La tregua"

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